Si te callas y haces las cosas bien, todo saldrá bonito. ¿Será cierto?
Sólo querías dedicar tu tiempo en cosas productivas; cantabas, bailabas, leías, jugabas. ¿Qué pasó?
¿Por qué dejas que te absorban las preguntas que no tienen respuesta, las preguntas que tú no tienes la capacidad de resolver? Es tu culpa, es tu problema. ¿Tienes por qué? Tienes por qué.
Y pensar que sentías que la belleza comenzaba a fluir.
Respira... ya volverá el preciado momento de nuevo.
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