viernes, 21 de enero de 2011

Try to have a good day


Eso me dijo Deborah antes de partir al trabajo.
Sentada. Mirando al garage, la nieve que cae y rayos de sol. Sin nadie que me sepa decir algo sobre lo que quiero saber, con pocas cosas que oír, más que la radio internacional que ya no la capto por onda corta, sino por internet.
Los labios mejorados de los ungüentos puestos y luchando por mejorar el aspecto de mi piel.
La gente entra por las ventanas y raramente saluda; quien quisiera que esté, no lo está.
Mucho silencio; algunos pasos; algunos ruidos en la cocina. La calefacción.
Mi estómago realmente inquieto y la mente dispersa, porque hay manera de enderezar el camino, porque éste se endereza solo.
Yo mañana no estaré contigo.
Yo en el mañana, espero estar contigo (pero como la esperanza es el mal de todos los hombres, mejor no espero nada). Yo en el mañana, entonces, tendré fe en estar contigo (pero como la fe es algo que no viene en mí, algo que me causa risa, algo en lo que no puedo creer, algo que no puedo depositar ni en mí misma, mejor no tengo fe). Yo en el mañana, pues, estaré congelada, deseando que alguien venga a mí y me de calor para volver a ser humano. (Ojalá seas tú).

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