lunes, 8 de junio de 2020

Vidas pasadas.

¿Cuántas vidas ya llevas puestas?
¿Cuánto tiempo más pasará?
Has transitado ya por muchos tiempos, por un par de siglos, por la gente, sus personalidades y problemas. Has visto  demasiado, mas no suficiente (o eso es lo que crees). Te has quedado en anhelos y con los deseos de muchos. Conoces a tantas gentes que no te cabe en la cabeza, has olvidado a tanto, y has sido olvidado por la gran mayoría.
Tus vidas han transitado lentas, pacíficas y pasivas; sin gran complicación, sin dificultad extrema ni problemáticas densas.
Y has pasado de largo de entre ellas, porque sí, es cierto, tú no eres memorable, no eres digna de ser recordada, ni odiada, ni amada, ni admirada, casi que ni leída. Tú eres un grano más de arroz, sin diferencia, no llegas a ser el negrito, ni la paja más larga.
Ese tránsito tan silencioso y decente no llega a la entonación más límpida ni plena, o ni siquiera a una tonada sincera, o tranquila, o pasable.
Normal, acaso normal. No más.
No eres sobresaliente. Entonces eres casi nada.
Todo aquello que pensaste que merecías, no lo es, no logras hacer un algo más para que se te admire, para que se te recuerde verdaderamente. Llegas a la vida de la gente tan fácil como te puedes ir. Y desapareces físicamente, y quedas en nada, tú que te creías el todo.
Y no eres nada.
¿Cuántas vidas han pasado sobre tu espalda? ¿Cuántas tú han desaparecido con el mover de tus dedos, tus brazos, tus piernas, tu cabello? ¿Cuántas vidas más soportarás?
¿No es momento ya de desaparecer para siempre de estas vidas?
¿Cuántas veces has intentado reinventarte? ¿Y cuántas veces no siempre has sido la misma?
Desgastada y vieja, ajada cada vez más.
Primero comida y hongueada por la humedad y el frío.
Después requedama por el sol.
¿Cuántas vidas más aguantará tu mente?
Tus recuerdos se vuelven flácidos; tu oído débil; tu cuerpo lánguido.
No sabes cuánto durarán las ganas de recorrer los caminos distintos, esas vías sin rumbo. Todo sabe a muerte, triste, desecada y necesaria.
Ojalá llegue el momento en que cualquier no extraño te mire con ojos de conocimiento y te haga sonreír sinceramente.
¿En qué vida será aquello?


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