viernes, 22 de mayo de 2020

Del fiasco.

Me resistía a escribir hoy, me resistía a escribir ayer.
Es cierto que tengo cierta sensación de incertidumbre, de hartazgo, de hambre, de hambre del alma.
¿Cómo decirlo?
Pues que esto no ha parado, ni va a parar, y el peligro es inminente. Estoy y no hablando del Coronavirus, estoy hablando de algo más pequeño e insignificante, de mí misma, mis voluntades.
Me acabo de enterar de una noticia que no me compete, que no tiene mucho para mí, o sí, no, no tiene nada, pero recordé lo que pasó en diciembre, lo inevitable, o no, la verdad no lo sé, pero tampoco tiene caso rascar ahí, porque no hay respuestas, y, si las hay, no serán para mí, porque para mí nunca lo son.
Sé que estoy esquiva, sé que no son clara, ni precisa.
No es mi intención serlo, no quiero escribir los temores que siento, ya sea porque se interpreten como los temores comunes de los otros, ya sea porque no quiero volver sobre lo mismo. ¿Quién podrá salvar a mi perra, mi piano, mis libros?
Sólo yo, y estoy aquí, totalmente detenida, totalmente impedida para salir, (aunque esta vez no es por mi físico). ¿Cuándo acabará todo esto?
No tiene fecha.
A veces quisiera que no acabara. A veces simplemente quisiera que esto continuara por siempre, así, egoísta como tantos, para no tener que salir a la luz y asumir mis responsabilidades. Ya son cada vez más.
Huyo de mi mente, no lo logro.
Mi físico lo impide. Mi físico me recuerda día a día lo inhábil que soy para hacer las cosas que deseo, que digo saber hacer. Básicamente no soy nada, soy una gran mentira, soy una pantomima, una sombra mal hecha. 
Quisiera ser ese teatro, esa gran obra de arte, la gran intérprete, la creadora del mundo, mas me veo sola, sin espejos, distorsionada y tonta. Me veo en un agujero de estupidez y pretensión. Me veo olvidada de mí y de todos, porque soy olvidable, porque ¿quién quisiera acordarse de mí?
Si ni siquiera doy clases con efectividad.
Ni siquiera presto atención a los detalles.
Ni siquiera puedo hacer lo más mínimo, el pequeño paso para continuar.
Soy un fiasco y a este fiasco se le acaba el tiempo.
Un fiasco pitañoso.
















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