viernes, 25 de enero de 2019

Siempre el silencio

Siempre el silencio cansa, cala, llena de hoyos, molesta.
El silencio, sin una sonrisa, sin una mirada. Como estar sola.
Así no me parece tan mala idea el suicidio. Así sola, como antaño, como si fuera siempre.
Siempre el silencio ahonda los problemas, llena de estática, intranquiliza.
¡Qué silencio!
Aquel al que uno no está acostumbrado, aquel que uno no desea. Como si fuera mi culpa.
No es mi culpa, me digo; sin embargo pareciera que sí, que no pongo suficiente atención, que lo que hago no es suficiente para mantener la armonía, que debo prestar atención en los detalles.
Quizás en mis detalles sí prestan atención, quizás a mí sí me escuchan y es puro egoísmo el mío.
Siempre torpe, siempre incomodando, demasiado protagónica en la vida de la gente.
Sería bueno ser como vapor de aroma suave, delicada, casi imperceptible. Sería bueno simplemente absorber y no incomodar a la gente.
Sí, así ha sido siempre. Así lo he arruinado todo, siempre y para siempre.
Sería mejor siempre el silencio.




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