miércoles, 23 de mayo de 2018

Reconstrucción, o la entrega de la Voluntad a EL ARTEEEE.

Tomar en serio algo. Emocionarse. Saber que uno está haciendo algo. ¡En serio! ¡En serio que lo estoy haciendo! El momento es hoy, ahorita, el tan mexicano ahorita, pero no tanto, porque no es el ahorita de en un momento (indeterminado) se hará, sino que sí, lo hago. Emprendo.
No hago que hago. Hago. ¿Qué hago? Arte, puritito Arte, para despejar los miedos, arrancar temores y mirar con nuevos ojos, sentir con otra piel, oír todo otra vez, repasar y rehacer. ¿Los olfatos? Bien machacados. ¿Los gustos? Extra-ordinarios.
Sí, hago Arte porque sé hacerlo, sé cómo se hace, porque he pasado mucho tiempo ya viendo hacia afuera y mirando para adentro a ratos, sólo a ratos, y sólo lo feo, lo molesto, apestoso, ruidoso; sólo lo que todos notaban y me hacían notar de mí. Así miraba para dentro. Así era como mirar de afuera y sólo ver la superficie, sin estudio, sin verdadera apreciación del objeto-sujeto-yo.
¿Cómo lo supe?
Realmente hace poco. Hace unos cuantos días platicaba mi proyecto a mi familia y una de sus integrantes me dijo algo así como: "¿También vas a chillar, también vas a hacer berrinche…?" A lo que le respondí que no, que eso no era Arte. Y eso fue todo; calló. Mi seriedad lo pudo todo y la apreciación sobre mí la rebasó y sí, así me apreciaba a mí misma, no desde mi verdadero sentir, desde mis ojos, oídos y capacidades, sino desde el punto de vista de los demás; un punto de vista bastante pobre. Lo vi. Y no, no soy esa que piensan ellas, ni ellos, ni nadie; soy esta, la que está accionando hacia el futuro, la que tiene un plan maestro y un proyecto rico y artístico, o artísticamente rico, la que piensa, planea, dice, crea. Soy yo creator, y así lo he sido siempre, a pesar de sus denostaciones, a pensar de sus negaciones, a pesar de su eterna forma de quererme normalizar en una vida plana y sin sobresaltos, sin luces y sonidos, sin verdadera vida.
Hace poco una prima me dijo que ellos nos hacían locos. Ahora entiendo el porqué. Sí, ellos nos hacen locos; nos hacen dudar de nosotros mismos. Su ayuda no nos ayuda, nos quita equilibrio, nos desconfigura; ellas quieren que seamos como ellas creen que debemos ser, y no. Lo siento. No.
Apenas hoy vi el tatuaje de uno de mis primos, de esos tatuajes que representan la superviviencia a la depresión. ¿Marcarse eso? ¿En serio no hay mejor forma de sobrevivir a la depresión? Puede que sí, pero, ¿por qué no algo fuera de lo común?
He salido avante. Me he mantenido al margen. No necesito esa marca, ni tomar fármacos, ni del hermano que te dice lo que debes hacer.
Bienvenida yo a mí misma, a mi proyecto del ARTEEEE, ese que hago porque puedo, porque sé y porque soy. El Arte que soy una, que soy yo, porque entrego mi Voluntad al EL ARTEEEEE. 


No hay comentarios: