domingo, 21 de abril de 2013

Falta

Te extraño como se extraña el sol o el rocío, como se extrañan las aguas frescas o el abraso de la calor.
Te extraño porque eres mío y porque soy tuya y porque toda una vida lo había estado esperando.
Te extraño porque me daba miedo admitir que te extraño, que te extrañaba, que te he extrañado siempre, en los días con las horas más silenciosas y las noches más humanas.
Te extraño entre los humores de la tarde y los solitarios silencios de mis manos. Si pudieran tocarte ahora mismo.
Te extraño como pisar la tierra firme y jugar con las piedrecillas del terreno.
¿Cuánto tiempo más puedo extrañarte?

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