martes, 1 de enero de 2013

Día uno


Sorpresas raras, todas raras, con ganas de raspar las gargantas para quitarles las eternas carrasperas. Cuán exasperante puede ser ver el dolor ajeno y dolerse tanto, al grado de llorar tres lágrimas seguidas cada que se tiene memoria de él. ¿Quién diría que así se comportaría? ¿Por qué destruir una relación en pos de algo que aún no es humano? No se supone que así entraría este año, no se supone que los que nada deben, sufran por la decisión egoísta, estúpida.
Y de familias no sé nada, de familias que se parten, algo sé, algo me imagino. Las cenas imaginadas, ¿cuántas cenas de navidades he tenido? Dos.
Mejor pensar que todo estará bien, que todo irá bien...a pesar del miedo, a pesar de lo que digan, a pesar de lo que he dejado atrás, que aún quiere llamar mi atención. Toda esa paz y calma brindada, a la que agradezco. 
Empezar el año pidiendo perdón, queriendo, preocupándome por los demás, por los que quiero. Empezar el año amando, sonriendo con las bellas palabras, acariciando las ideas y reconociendo lo bueno que hay a mi alrededor. Empezar el año y esperar lo inesperado, creer.
El día uno de distintos sabores, amargores, dulzuras, inquieturas y expresiones, el día uno del año que no se supone que pasaría, y sin embargo...

No hay comentarios: