lunes, 9 de febrero de 2009

Aún más lejos.

Como si fuera hace mil años. Como si lo fuera. Quien escapó no fue otra más que yo.
Como si fuera hace 2 mil años. Como si lo fuera. Quien acabó harta de la soga al cuello no fue otra más que yo.
"Les contaré una historia, muy triste de recordar..." que yo andaba en una casa-bis y que allí no podía tener mis cosas. Todo el tiempo que estuve allí, estuvieron metidas en una triste bolsa de papel, al lado de la puerta de la recámara. A veces, cuando dejaba algo olvidado, era mejor llamarle a la habitante de la casa-bis para decirle que lo había hecho, puesto que, al volver, no era seguro que la encontrara donde la había dejado.
"Les contaré una historia, muy triste de recordar..." que cuando se prestan cosas, no se espera que éstas caigan en otras manos y mucho menos que se pierdan por esas acciones, menos cuando el dueño de las cosas ni la debe, ni la teme.
¿Por qué tanto drama?
"Les contaré una historia, muy triste de recordar..." que cuando regresaba a mi nobis-casa, era los mismo. ¿Dónde están mis cosas?
¿Por qué se empeñan en mover las cosas de donde las dejé? ¿Qué no soy una persona?

¿Por qué chingados prestan lo que no es suyo, sino mío?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay alguien fetichista rondando en este foro?
Lindos pies, por cierto.