martes, 5 de marzo de 2019

Quince años. La gata Isis. 4 de marzo.

-Escrito el 4 de marzo-
Hace poco fui a casa de mi madre a quedarme, a visitarle y por unas cosas. ¿Cómo está? Bien; noté que extrañaba a la gata Isis cuando encontré en mi cajón de las fotos reveladas, unas de Isis cuando era bebé y tenía su colita paradita. Y es que ¿cómo no extrañarla? Si Isis siempre fue en esa casa.
¿Cómo era Isis bebé?
La verdad no recuerdo, no recuerdo mucho. Recuerdo que cuando dormía se posaba sobre tu pecho y te observaba dormir. Si despertabas, podías notarlo. Te veía con sus ojotes atentos, casi con cariño, porque a saber cómo es el cariño de los gatos.
Luego recuerdo que era una gata ágil, que se iba por días al campo y que regresaba llena de marañas, arañas, pedazos, hasta espinas de nopal. A veces regresaba toda empapada, se dejaba secar y se iba de inmediato a comer.
Era una gata feliz, hasta que enfermó.
Entonces la tuve que cuidar, inyectar, medicar, comprar su alimento especial.
De eso han pasado ya varios años, ¿cuántos habrán sido? Más de siete, eso es seguro.
Le gustó el hogar, estar en casa, dormir conmigo, no salir, dormir y dormir; y lo sigue haciendo.
Hoy la gata Isis, mi gatita, mi bebé, cumple quince años, ¡quince años para un gato es un montón!! Y aquí sigue conmigo, con nosotros, odiándonos un poco por traerla al calorón loco de estas tierras, lejos del perpétuo témpano de allá, de la casa donde la viera nacer.
Ni modo.

Aquí está y está conmigo, y está feliz —espero—. Yo la amo.

Isis casi recién nacida.

Isis a los quince años



No hay comentarios: