sábado, 1 de noviembre de 2014

Alto, no siga.

No veo la razón de festejar, de hacer desfiguros, de hacer cosas sin sentido. No veo. No veo el porqué. 
Ellos no quieren ver más allá, sólo miran sus ombligos, sólo quieren permanecer cómodos. 
No veo la razón de la fiesta, del gozo, no la veo, simplemente porque todo está triste, no sólo yo, sino todo: el mundo, la vida, las calles. El color de la calle está deslavado; el sonido del viento está desafinado; el aroma que guardan los rincones ni siquiera es rancio.
No veo vida, no veo muerte: Veo pasmo.


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