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martes, 15 de febrero de 2022

Se fue el 14 de febrero.

Aún recuerdo cuando mi madre vivía.
Justo ayer rememoraba cuán difícil era el vivir con ella. Cuán irracional parecía a veces, casi siempre. Esa vez que le avisé que saldría con un amigo y que me llevaría tarde a casa, hasta la puerta de mi casa, esa lejana y fría y no le importó el aviso, ni la rectitud de mi amigo y su disposición, e hizo un drama de grandes magnitudes porque la película que empezaba tarde no acababa a la hora que ella quería y porque no me teletransportaba y porque me llevaba un amigo hasta mi casa a entradas horas nocturnas. No, no le importó la oportunidad y estuvo molestando vía telefónica por todo lo que pudo, hasta que se cansó y no, yo no era una adolescente, sino una mujer ya entrada en los veintes. (Antes de que me digan cualquier cosa de que por qué seguía en casa, han de saber que dejar ese techo es lo más difícil por economía y por mente, se logró, pero se le trabajó). Lo primero que dije al terminar mi relato fue: "No vuelvo a tener mamá", porque MADRE no es sólo la que te arropa por las noches, te mima y vela por ti cuando estás enfermo, ni es sólo la que siempre te respalda y que tú sabes que no estarás solo, no, madre también es aquella que crea tormentas mentales, se crea historias, te recrimina, quiere que haga lo que ella quiere cuando ella dice, sin tomar en cuenta la voluntad del hijo; madre es la que te tiene como hijo, extensión siempre suya, te inculca valores y se empecina en que cumplas sus mandatos, tal cual ella los imagina,  y que, a pesar de que sí los sigas, esté convencida de que estás errando el camino.
Sí, eso también es madre. Yo no sé qué angustia tan más grande pueda tener una madre, que se convenza día a día que afuera todo es peligro, que tú no eres capaz de sobrevivir sin su guía, que seguramente has sido el más sordo y no hayas jamás oído sus consejos sabios sobre la vida fuera y dentro de casa, sobre las relaciones interpersonales, sobre el cuidado personal. No, no lo sé. Una gran amiga me ha dicho que no tenga hijos porque se vive en total angustia por ellos, por su bienestar, y le creo, tan le creo que, ya a la distancia, lo he visto con mi madre y he visto cuanto espanto tenía ella de mí, por mí y para mí. ¿Y yo, madre? ¿No lo logré acaso?
Ya está por darse un año de su muerte, inesperada y esperada, y aún estoy en duelo. La extraño, lo bueno, mas lo malo está ya muy lejos. Esa relación terrible que tenía con ella ya no será más, para mi pena y también mi alegría. Hace un año, un 14 de febrero de 2021 lo único romántico que hice con mi Amor fue un arrumaco fugaz por la mañana, toda helada y dura, porque nos estábamos quedando a dormir en la casa donde ella rentaba y porque allí no había más que cartones y cobijas para acostarnos, y el piso, además de duro, era sumamente frío. Yo recuerdo que me acomodé para acercarme por un poco de calor al cuerpo de mi amado y ya…Feliz 14 de febrero. El resto del día, supongo, fue duro. Fue de hospital, de tronarnos los dedos por dinero, de espera porque sobreviviera mi madre, de cansancio por haber dormido muy mal. Mi Amor dice que estuvo conmigo porque ni modo de dejarme sola. Quiero pensar que hay algo más que eso, que lo hace por amor verdadero, porque él es mío como yo de él, (aunque se pongan furiosas las que rechazan el amor heterosexual, aunque sepan que el nuestro no es nada heterosexual, pero si se exaltan al leer que nosotros nos pertenecemos y simplemente le dan lectura de amor normalizado, horriblemente llamado romántico, no merecen explicación alguna de la naturaleza de nuestro amor bisexual-dominatrix-esclava que hay entre nosotros) y que valgo tanto para él como él para mí.
Me acordé de ese 14 de febrero tan áspero y lo contrasté con el 14 de febrero que acaba de pasar, donde tuve el disgusto de leer por todos lados lo terrible que es el amor heterosexual y cuánto hay que analizar y sobreanalizar las relaciones, no sólo porque el capitalismo nos dicta las conductas sociales, sino por los vínculos enfermos que se crean a partir de éste, sí, pues, todo eso es cierto, pero es totalmente injusto, cansado y hartante leer comentarios al respecto el día de los enamorados, el día que una puede y quiere estar con su Amor, porque al fin, tras un largo año, hemos tenido el tiempo de relajación y nos hemos encontrado nuevamente a nosotroas mismas. Cuando finalmente hemos podido tomarnos de la mano y recordar nuestros años juntos, sonreír, reír, tocarnos y disfrutar. 
¿Por qué convertir el Día de San Valentín en un espacio de análisis duro y seco y no dejar en parz a los verdaderos enamorados? ¿Por qué el énfasis de la lección y del recordatorio? Entiendo lo de las distintas posibilidades para ver el camino tortuoso o feliz del amor verdadero o no, pero ¿por qué demonios tengo yo que leer esas reflexiones y por qué no caen donde deben de caer?
De tanto leer estas cosas lo mejor que pude hacer fue relajarme, bañarme, perfumarme, vestirme bonito y salir con mi amorcito, a una cita íntima para comer wafles a la moda, que no había encontrado en años, café y unos tacos en el puesto de la esquina.

Gracias mi Vida, por tanto, por todo, por ti.
Mi Amor y yo

Wafles a la moda


domingo, 2 de enero de 2022

Mañana es mi cumpleaños 2022

El día de mañana es mi cumpleaños. Imagínense ustedes. Pasar todo un año entre trámites, consultas y cosas que no son parte regular de tu vida, ni de tu rutina, ni de tus planes. Pasar un año entero esperando que no pasa nada más malo y pasa, y pasa, y pasa.
Mi gata murió empezando febrero, empezando un año que creía sería bueno, que creía sería para mi casa, mi hogar y nuestras cosas y planes, con una bolsita de borrego de la suerte que jamás estrené porque mi gata enfermó y murió, y a los pocos días, al día siguiente, mi madre enfermó y murió, y a partir de ese momento la cabeza fui yo, la cabeza, el cuerpo, pero la vida no, la vida ya no fui yo. Tuve que hacerme cargo de lo había dejado mi madre, de mis dolores, de los dolores ajenos; tuve que ver no sólo por mí, sino por mi padre, a pesar de todo, a pesar de que no habíamos sido los más unidos. Tuve por deber y por cariño.
En este año mi amor tambaleó, no el sentimiento en sí, sino su corazón, su cuerpo, su vida. Se sintió rendido, ausente de sí, sintió que perdió todo un año y no por él. Me disculpo por eso. No podía pensar bien ni darme cuenta por completo de sus pesares, por eso, cuando hacía sus cosas, miraba que las hacía y no lo interrumpía.
¡Cuánto cansancio emocional y físico nos dio el 2021! ¡Cuántas pérdidas!
No bien recuperada estuve del dolor, cuando mi perra enfermó, enfermó y murió. Fue el colmo. Mi corazón se rompió, no tanto por su muerte, sino por su enfermedad, su incapacidad de ser más ella. Siempre tan libre, siempre tan su voluntad y luego, una semana y no se pudo levantar más. Cayó y no se pudo levantar, ni para obrar, ni para comer. Luché y luché, como con Isis, para que Gilda no muriera, y murió.
No era justo tanto penar. No es justo tanto penar y, a pesar de que todo lo demás ya tenía cierta estabilidad, la sensación de desamparo no se iba, ni se fue en mucho tiempo. Dejar a mi madre y mi padre, dejar la casa del sur, que después fue robada, y robada, y robada. Dejar parte de mi vida allá, lejos, en el frío, a mis perritos bebés, pensar que todo iba bien y luego todo iba mal, mientras seguía pensando que todo iba bien. Los silencios de mi madre, sus secretos, esos que, como telenovela, se llevó a la tumba. La enfermedad de mi padre, sus cosas pendientes y deseos que, como puedo, intento resolver. La vida trunca, en pausa, pero trunca, todas las cosas por hacer que no he, ni hemos podido emprender…
Mañana es mi cumpleaños y no quiero que el dolor me vuelva a someter. Quiero pasarla bien, con mi amor. Quisiera pasarla con mis amigos, todos ellos que me ayudaron durante el difícil trance, ya sea con sus palabras, con su presencia, con una ducha caliente, con internet o con comida, pero estamos lejos y aún estamos en esta pandemia. Quisiera caminar por allí, comer muchos mariscos y rico pastel, tener muchos regalos y sonreír y un abrazo de mi mamá, aunque ya no esté, unos golpes de cola con terribles garras de mi Gilda, aunque ya no esté y unas lamiditas constantes en mi brazo con suaves ronroneos de Isis, aunque ya no esté.
Quisiera gorditas con repollo y dejar de llorar, y tener mucho tiempo para descansar el cuerpo y esta mente que da vueltas en los pendientes y que sólo quiere un buen momento de letargo,  ensueño y diversión.
Siempre digo que ojalá nos veamos pronto, que ahora que se pueda con esta pandemia nos reunamos, lo digo con fervor y deseo constante que de sea real, de que nuevamente en esta vida, en este año, pueda volver a hacer un día de campo lleno de comida y felicidad por todos, para esos, mis hermanos de vida que han sido mi constante y mi aliento. Un día lleno de alegría y carcajadas nos quisiera regalar…

Ya mañana es mi cumpleaños.

jueves, 19 de marzo de 2020

Canas de Primavera

Aquí, aquí, y no allá.
Los días transcurren, como no pensé que transcurrirían, con sorpresa, y no, con duda, y no, con noches y sí. Ninguna llamada esperada, ninguna visita tan deseada, y despreciada. Lo único que quería era…
Luego que sueño y que sueño con ganas, y luego no hay ganas, no hay nada, sólo la vida seca, maltrecha, ni siquiera cansada, sólo la vida que parece que ya no quiero, la vida que me viene estrecha, y luego ancha, y luego otra vez estrecha. Vienen las gatas y me alegran la mañana, luego duermen, cuajadas por la calor primaveral, esa que está sobre nuestras cabezas, esa que pega y vuelve a pegar, no aguanta nada, dirán, aguanto todo y más.
Me he sumergido en la revolución porque me he cansado de pensar sólo en mí y luego, y luego ya no hay revolución, sólo cansancio, y sólo yo, mi pie, yo, mis deseos, yo, no hay nada, yo, la flojera, yo, ¿por qué siento rechazo?
De verdad que la diosa ha de estar quebrada, de verdad que parece que me ha abandonado. Sólo vacío, sólo un hueco seco, tieso, ni siquiera muerto.
Sólo quería un poco de atención materna, no la hubo, y mis lágrimas inverosímiles fueron detenidas por los sudores y los trabajos necios. A veces hubiera querido que…
Y resultó al final que fue lo mejor que pude hacer cuando salí de esa casa, pero resultó también que todo el mundo como lo conocía no existe más, así, súbito, así, sin una base, un apoyo, un lugar alterno para ir a visitar y a descansar de vez en cuando.
Nada.
Y luego resultó que todo fue molestia.
Nada.
Mejoro para ser una molestia, para que ambos pies duelan y se sientan mal, se sientan feos. Esta vida es como un barco naufragante, a veces, a veces sólo tiene rumbo cambiante, así sin el naufragio, pero mi cuerpo, mi cuerpo no se siente.
Mi cuerpo no se siente, sólo se siente la molestia, mi cuerpo no es mi cuerpo, es de la molestia, que ya ni siquiera es dolor, pero es algo que me posee, que posee mi cuerpo y que me deja en nada, es nada.
Esta gran nada que me está consumiendo.

 

miércoles, 4 de marzo de 2020

El verdadero amor. 4 de marzo.

Isis, la gata Isis cumple años, ¿cuántos años cumple ya? 
Dieciséis, ni más, ni menos. ¿Qué siente Isis de ser tan mayor?
Me mira con hastío, con pereza, me mira con insistencia. Algo quiere, ¿qué querrá? ¿Qué es lo que quiere la gata?
Comida, agua, salir a la terraza, salir a salir, pancita, que le hable, que me suba, que la contemple, todo quiere, todo quiere de mí y de Gato miau, porque ahora él también está en la ecuación, se convirtió en parte de la casa y sabe sacar provecho, ¡su esclavo!
La gata Isis a veces se lava, a veces se lame, casi siempre duerme; de vez en cuando platica. Ahí viene. Mira a la cama, da un salto, sube, me dice miaaaaau, me mira, mira mis pies, me vuelve a decir miaaau, luego miauu, se acerca a mí con pasitos, le acaricio el lomo y la cola, hace ummm, hace un poco de masitas, hace su maniobra de aproximación para echarse (Isis 380), lentamente se echa, o no, se queda sentada como pensando en si lavarse y lo hace. Se lava una pata y luego mejor no, se echa lentamente en su lugar de la cama (el lugar de Gato miau, ¡pero qué importa!) Se lava la pata delantera, se detiene, algo mira, mejor se hace ovillo y se mantiene atenta a los ruidos externos.
Isis, ¿qué piensas, gata? ¿Estarás cansada de esta vida larga? ¿Será que sí me quieres y por eso soportas tanto al lado mío?
Isis se acuesta y creo que es feliz, a pesar de que las otras gatas suban y vengan a importunarla, y hasta se coman su comida (aunque eso no le hace mella, total, que el urinari siempre está colmando el plato).
Cumple años la gata Isis, mi corazón, no hay más palabras dichosas para ella que las que las que sueltan mis labios por las noches, cuando está molestando queriendo salir o quién sabe qué: "Isis, ven gatita, no estés chingando, ven súbete, no tengo patita, tengo sueño, déjame dormir, ven súbete, Isis, no estés jodiendo…"

Feliz cumpleaños a mi gata bonita, la aplastable y pomponosa Isis.

Miaaaaaaau

lunes, 13 de mayo de 2019

Día de la Madre.

Escribo esto molesta, tardía, enfadada, meditabunda. Escribo esto porque debí escribirlo en el momento en que se me ocurrió, pero ni modo, ahora es cuando he abierto la computadora para hacerlo, y no antes, porque mis ocupaciones personales me lo impedían.
Todo tiene que ver con la madre, no la madre como figura, no la madre como todos lo piensan, sino como la persona.
Note usted la siguiente imagen: 


¿Qué ve allí usted? ¿Un chiste? ¿Una broma inocente? ¿Un consejo, acaso?
¿No ve usted algo raro allí, algo inadecuado?
Quizá vea que las figuras femeninas mostradas son demasiado atrevidas, o que, en efecto, se debe seguir el consejo que se muestra y las mujeres madres de familia no deberían vestirse así para el festival de sus niños. Sí, eso es lo inadecuado, que las mamás vayan con atuendos atractivos a los festivales del día de las madres. Eso debe ser.
Este diez de mayo, por azares de la red, me encontré con una serie de artículos relacionados con el deber ser madre; no con la forma correcta de educar, de amamantar, de disciplinar, no, sino con la forma física de la madre y lo que le demanda la sociedad para cumplir a cabalidad con su papel de madre. Su papel.
Para la gente, al parecer, el papel de madre es no sólo el de la entrega, la ternura y el perdón, sino el de el total abandono de sí misma para convertirse en cuidadora y criadora al cien por cierto del crío que vino al mundo a través de ella, y sí. He visto cómo mis amigas se han convertido en madres, cómo las ha chupado el hijo, cómo han dejado de ser un poco ellas mismas, para ser para ellos y no más. Es un gran esfuerzo y ejercicio de amor el que desempeñan todas aquellas madres que, cuando lo deciden y desean, brindan vida, su vida, al hijo que obtuvieron (de tal o cual forma). He visto cómo se han partido, han llorado, se han arrancado sus pelos, se han extrañado a sí mismas por días enteros, pero que no han abandonado su papel de madre, ¿por qué? Porque así lo quisieron y porque, inexplicablemente para mí (o no), se les hace gusto esa nueva vida.
Mi reconocimiento a ellas.
Pero, ahora, regresando a la imagen, ¿qué ve usted, lector, de inadecuado en ella?
Acá lo que veo yo:
Esta imagen intenta hacer burla de una situación —que no me consta— del día de la madre, en donde, además de que es una verdadera joda el preparar el festival, el vestuario, los bailables, además de la cantidad monetaria que se invierte, del tiempo, del calor; además de que las madres TIENEN que ir a dicho festival porque "¡Pobrecitos niños como huerfanitos que sus madres abandonan, que sus madres trabajan y trabajan, y no tienen la sensibilidad para abandonar sus labores por un par de horas (que se convierten en más de medio día), e ir al magno festival del día de las madres!", tienen que ir arregladas, quedarse a ver otros niños que no son suyos, aplaudirles, morirse de calor y, tal vez, soltar una lágrima de ternura por su niño. Todo así, si no, al parecer, no son las madres que tienen que ser en este país piñata, y no distintas, porque entonces esa mamá no encajaría en el grupo escolar de otras mamás, donde todas son iguales (lo supongo, aquí carezco de datos para seguir la narración, no soy madre y dudo convertirme en una de esas de grupo de mamás porque no me gusta convivir con gente que no tiene nada en común conmigo y porque tener un hijo no te hace tener algo en común con otra señora, lo supongo).
Retomo lo que me molesta de la imagen.
Esta supuesta burla, este chascarrillo, ¿por qué lo es? ¿Por qué el hecho de que una mujer —que no señora, eso está muy feo— se vista como le pega en gana para ir a fletarse el festival del día de las madres, donde verá a su hijo en un bailable de no más de cinco minutos, está mal?
¿Cómo se atreven estos individuos a decir que una mujer se viste como para ir a perrear, como zorra, cuando va a la escuela de su hijo? ¿Cuál es el punto de señalar su vestimenta?
Es decir, si el día de las madres se ha encarnado a tal punto en el imaginario de los mexicanitos, ¿por qué no respetar a las mujeres que parieron y que son madres y no decirles perras? ¿Qué les dirían sus propias madres, pensando aún en la santidad de la madre, si vieran que hacen burla de otras mujeres por la manera en que se visten?
Quiero pensar que los regañarían, por lo menos, quiero pensar…
No soy madre, no he pasado por el largo y tortuoso proceso de que tu cuerpo deje de ser tuyo porque ahora aloja otro ser, ni por el momento en que todo se llena de hormonas de nuevo y ya no te reconoces, ni por el momento en que la ropa que usabas, aunque vuelvas a tu talla, ya no te quede como antes, ni por el momento en que te sientes horrible y devastada, despeinada, desvelada, ajena a ti. Yo lo escribo porque así he visto a mis amigas y así me han contado más o menos que es, no explícitamente, pero sí por comentarios aventados por allí, pero, ¿en serio creen estos peleles que es gracioso burlarse de las mujeres que sacan una vez al año sus mejores ropas, con las que se sienten atractivas y guapas, para ver a sus hijos, la luz de sus ojos, hacer sus monerías? ¿Qué derecho les da el hacer escarnio de ellas para sus risas fáciles y estúpidas? ¿Son ellos superiores a las mujeres que parieron, que decidieron cuidar, por sobre sí mismas, a seres indefensos? 
Y las mujeres, todas, ¿no creen que es realmente triste y vergonzoso para ellos el creer que, por el hecho de que las mujeres se quieran ver bellas, sea menester estimarlas de putas, aún siendo el festival al que muchas son obligadas socialmente a ir, en el que ellas van a ver a sus hijos, han gastado dinero y, obviamente, no van a ligar?
Sí, querido lector, una mujer no tiene que dejar de ser mujer deseante, atractiva, bañada, limpia, guapa por el hecho de haber decidido traer críos humanos al mundo.
Esta fue mi indignación.
¿Qué se puede hacer al respecto con todos esos que consideran la imagen graciosa?

martes, 5 de marzo de 2019

Quince años. La gata Isis. 4 de marzo.

-Escrito el 4 de marzo-
Hace poco fui a casa de mi madre a quedarme, a visitarle y por unas cosas. ¿Cómo está? Bien; noté que extrañaba a la gata Isis cuando encontré en mi cajón de las fotos reveladas, unas de Isis cuando era bebé y tenía su colita paradita. Y es que ¿cómo no extrañarla? Si Isis siempre fue en esa casa.
¿Cómo era Isis bebé?
La verdad no recuerdo, no recuerdo mucho. Recuerdo que cuando dormía se posaba sobre tu pecho y te observaba dormir. Si despertabas, podías notarlo. Te veía con sus ojotes atentos, casi con cariño, porque a saber cómo es el cariño de los gatos.
Luego recuerdo que era una gata ágil, que se iba por días al campo y que regresaba llena de marañas, arañas, pedazos, hasta espinas de nopal. A veces regresaba toda empapada, se dejaba secar y se iba de inmediato a comer.
Era una gata feliz, hasta que enfermó.
Entonces la tuve que cuidar, inyectar, medicar, comprar su alimento especial.
De eso han pasado ya varios años, ¿cuántos habrán sido? Más de siete, eso es seguro.
Le gustó el hogar, estar en casa, dormir conmigo, no salir, dormir y dormir; y lo sigue haciendo.
Hoy la gata Isis, mi gatita, mi bebé, cumple quince años, ¡quince años para un gato es un montón!! Y aquí sigue conmigo, con nosotros, odiándonos un poco por traerla al calorón loco de estas tierras, lejos del perpétuo témpano de allá, de la casa donde la viera nacer.
Ni modo.

Aquí está y está conmigo, y está feliz —espero—. Yo la amo.

Isis casi recién nacida.

Isis a los quince años



sábado, 29 de diciembre de 2018

A cinco días…

Cinco días son los que me faltan, cinco días de hoy a mi cumpleaños. Cinco.
Cinco no es un número feo, a decir verdad, no es par, ni se divide entre tres, es un número no malo. ¿Y tres? Tres es un número genial, se divide entre sí mismo, creo, al parecer, ya que todo es relativo en estos días, ya que nada está dado.
Y nada es como uno planea, nada, nadie, todo. Adverbios.
Cinco días para que llegue el día, el día en que quizás coma mariscos, porque es lo más rico que he encontrado acá y porque es el único local que tiene algún descuento de cumpleañero en estas tierras. Qué triste.
Es más triste no ver a los amigos, eso sí que es triste, es triste querer verlos, querer platicar con ellos, no tener muchos medios porque con el móvil no es muy cómodo que digamos, porque se me pasman los pulgares (¿la edad, la falta de flexibilidad en los dedos?), se me cansa la mano, que no la izquierda, ambas.
Cinco días y quizá sí, estoy ansiosa, expectante, también. Hay muchas cosas por hacer, hay muchas cosas por decir, por emprender, ¿y después? Ya el cuerpo dirá.
¿Y después? ¿Los proyectos pendientes?
Me carcome, sí, un poco el alma que el tiempo no me permita proseguir con los proyectos, con EL ARTEEEEEE, con la vida bella, con mi Yo-misma, con aquello que me prometí; luego me repito que me mudé, que todo va a ir bien, que tendré oportunidad de seguir, que será pronta, que habrá trabajo para darme la oportunidad, que corregiré y mandaré lejos aquello que me ha detenido por tanto tiempo. Tanto tiempo. Siete años y un poco más. No es posible, ¿cómo pasó?, ¿qué pasó? En fin. ¿Por qué tiene que ser tan difícil algo que para todos parece ser tan fácil, tan de trámite? ¿Por qué cuando lo hice con esa intención, tampoco salió a cabalidad? No, no salió. Pareciera que el trabajo académico no es para mí, que el escribir de un tema serio tampoco, o quizás he elegido mal y el asesor ha sido demasiado quisquilloso… Bugie! Sí he de ser yo la torpe que es incapaz de concretar, de describir, de analizar, de hacer cosa seria y consciensuda. Yo veo que la gente lo hace y no lo hace mal, que lo ejecutan, que logran dejar de ser sí mismos para plasmar ideas abstractas con éxito.
En cambio yo, sólo puedo hablar de mi, desde mi cabecita y mi pobre entorno. Como si sólo pudiera contar del día que salí a las tortillas y vi que el niño terminó enterrándose en la arena que había comprado su familia para seguir con la construcción de la casa.
Cinco días y no puedo abstraerme, y sólo soy yo, sin más. ¿Quisiera ser más?
Como le dije a la gata Isis en mi sueño:
"Yo sólo canto, escribo y lloro un poco."


Feliz año nuevo.

miércoles, 26 de diciembre de 2018

Desde la navidá

Esta vez no sé muy bien cómo empezar, ni qué escribir, sólo sé que quiero escribir porque tiene tiempo que no lo hago, ¿por qué no lo he hecho? Por el trabajo que nos damos para proveernos. Pidan a los dioses del trabajo y del dinero que este año venidero, 2019, venga lleno de ello para nosotros.
Estoy, de nuevo, en un café internet, ha anochecido ya, aún no vamos por la compra del día, pero aquí estamos, tranquilos, buscando, escribiendo, pero no mucho, y tal vez no de lo que queremos, pero bueno.
Como digo, no sé lo que escribiré esta ocasión, y debo hacerlo rápido, porque mi pila se agota, porque en esta terraza no hay enchufe, porque tengo muchas ganas de orinar, porque he tomado mucho, mucho té verde, porque no he tomado café, porque me hace circos la panza. ¿Por qué? Porque, para no perder la tradición, me enfermé, nos enfermamos, del estómago en estas fechas, no grave, pero sí molesto.
Espero que también para año nuevo y para mi cumpleaños podamos comer ricamente, porque ¡quiero mariscos en mi cumpleaños!!
Escribo queriendo escribir y sin saber qué decir, lo siento.
Escribo tal vez pensando en el año entero que me dejó sin él, y en que ya no debería ni mencionarlo, ni pensarlo, pero es que de pronto lo sueño, aunque, ¡qué maravilloso es el subconsciente y qué aún más maravilloso es desentrañar eso que se quiere arreglar en tu cabeza cuando sueña!!
Y después.
Aún no decido nada, pero no creo decir más, porque no tiene caso, aunque las cicatrices existan, aunque duelan. Ya veremos…
Durante el dolor estomacal estuve haciendo algunas travesuras, cosas que se concretarán próximamente, si los tiempos y los dineros nos lo permiten…Será.
¿Y en Navidad? 
Cenamos delicioso, fuimos felices. A decir verdad, creo que fue la primera cena de navidad que paso tranquila, a mis tiempos, en buen momento, todo, a pesar del terrible dolor de tripa. Fue una cena deliciosa, íntima y llena de amor, como nunca antes.
Gracias.
Feliz Solsticio de Invierno y feliz año nuevo, por si no puedo escribir antes.


domingo, 4 de marzo de 2018

Un escrito para Isis, 4 de marzo.

Para mi querida gata Isis:
Hoy cumples 14 años. Hace unos días desperté un pensamiento en la cabeza: que estabas por cumplir los 14 años, ¡tanto tiempo juntas! Has estado conmigo y yo, contigo, salvo unos cuantos meses en los que no estuve viviendo conmigo, pero luego volví, nos reconciliamos y no nos hemos separado.
Tanto, tanto tiempo que me has dado, tanta vida, tanto amor, si eso se puede llamar amor.
Has estado conmigo durante las 3 grandes relaciones de mi vida, has convivido con los tres, les has platicado, les has dicho te te rasquen la panza, que te den de comer, que quieres dormir, que qué bueno que vinieron, para dormir más calientita (aunque eso implique que la cama se mueva un poco más).
Antes te ibas por días, semanas, y regresabas hasta con arañas. Ahora no sales de casa ni a tomar el sol, apenas asomas tu nariz para oler cuando hay viento, además de que está el Gatucho y se miran feo. No me importa que ya no salgas, ni que duermas por tanto tiempo, no me importa que me aplastes y que me mires con desaprobación; me importa poco que me levantas por las noches porque quieres salir a mear o a comer más, poco, porque sí me importa, porque pareciera que esperas el momento preciso del bello sueño para interrumpirlo. Gata mañosa.
A pesar de que platicas de más, haces ruido, esperas a que duerma para ponerte a maullar, y hasta una vez me enfermé porque me hiciste levantar de la cama tres veces en la noche más fría de este invierno, a pesar de todo, te agradezco por toda la vida que me has dado y me sigues dando, por tus ojitos sobre mí, por tus pelos que tengo que cortar, por tus arañazos en mi antebrazo, por tus orejitas frías, por dormir espalda contra espalda conmigo y por la exigencia de mi atención.
Gracias Isis.
Felices 14 años. 
Quédate conmigo todo lo que quieras.

viernes, 5 de enero de 2018

Carta a los Reyes Magos

Queridos Reyes Magos:

Este año me he portado muy bien, he trabajado mucho, casi no he llegado tarde a clase, he procurado dar buenas clases, a pesar de mis malestares físicos y mentales. No me he emborrachado más de la cuenta, si acaso me he puesto chistosita y ni siquiera he llegado al mal aspecto.

No he sido grosera con casi nadie, ni siquiera con los automovilistas que pisan la linea peatonal, ni tampoco le he dicho cosas feas a las personas que han intentado molestarme en el transporte público.

Este año fui buena, cosciente, traté bien a mis semejantes, a los no tan semejantes, a mis amores, aunque descuidé, sí, un poco a mis amigos, cosa de que ellos ya tienen su vida, sus casas, sus hijos, sus trabajos, sus deberes y yo, pues también, aunque no tengo aún casi, ni hijos, pero sí vida y animalitos a los que cuido y educo.

Este año tuve amor, mucho amor, tuve un novio maravilloso y bueno, excelente diría yo, al que procuré lo más posible en sus dolencias, lo cuidé, le di de comer, lo acompañé, lo amo. Tuve algo más, que me ha dejado un tanto rota, sin merecerlo, creo, porque lo traté muy bien, nunca fui encimosa, metiche, ni pelada con esa persona, pero bueno, no siempre se recibe lo que se merece, o sí, mientras él quiso. Ya ni modo.

Este año también tuvimos todos un gran susto, mismo que debió cambiarnos a todos y, sino, pues ni modo, pero a mí sí me cimbró y me motivó a emprender cosas bellas, a expresar mi amor, a dar a conocer la divinidad que vive en mí.

Este año me porté bien e hice cosas buenas y es por eso que les pido que me traigan energía para emprender las cosas bellas, salud para mi novio y para mí, trabajo para podernos mover, un corazón fuerte para crear un hogar, una pegatina durable e impermeable para mi corazón roto, muchas ilusiones y juegos, ojitos honestos, bocas mamadoras, aromas deliciosos y caricias suaves. También quiero que todos a los que quiero sigan bien, inclusive a los que eligieron no quererme, o que me sigan queriendo mejor.

Tengo una petición especial, queridos reyes, que la tristeza, el enojo, el sentimiento de que me hicieron injusticia se quede atrás muy pronto, para poder seguir adelante con los planes de lo bello y no llorar de repente en los momentos inoportunos o cansados del hogar. Sí, por favor, quiero dejar de pensar en esa duda, en esa culpa que se me imputó sobre lo incontrolable del cuerpo. ¿Sería mucho pedir?

Eso es lo que les pido, por este año, y me seguiré portando bien, a la altura, con decoro, honestidad y autenticidad.

Gracias.

¡Feliz viaje!


domingo, 31 de diciembre de 2017

Reflexión del año viejo.

Caos, este año no ha sido más que caos, este año se fue en proyectos sin realizar, en sueños sin cumplir, en temores, en terrores. Este año acaba ya.
Lo mejor, que acaba ya. Lo no mejor es que cumplo un año más. Un año más es un año menos, o, viéndolo de otro lado, un año más es un año gastado en quién sabe qué. En qué…
Gastado en sexo, gastado en amor, gastado en gasto, en días, en horas, en planes sin cumplir. Gastado es pequeños pedazos de nada y en monumentos sin acabar: En monumento a la yo académica ahí está, inconcluso.
Un año de aventura feliz y abrupta desventura.
Un año donde mucho se quebró, casi todo, todo y no. Un año que pintaba estable y despintó, se desdibujó.
¿Y es año que está por comenzar? ¿Será mejor o peor? O sólo será un año. ¿Se lograrán los proyectos? ¿Se concretarán los planes? ¿El monumento académico quedará concluido para nunca más volver a ese mundo? ¿Se lograrán hacer las cosas en vez de sólo teorizar al respecto? ¿Se logrará poder comprar, adquirir, habitar, cohabitar? ¿Habrá sexo? ¿Habrá comida? ¿Habrá?
Es un año donde se espera lo que se espera, donde ya se debería concluir lo empezado en este año que acaba, ¿o no? ¿verdad que sí, sí?
Este año que acaba me quita algo más que doce meses de mi existencia, me quita un pedacito de confianza ciega, de ilusión, de sueño y coquetería. Me quita una chispa bonita y abolla mi divinidad.
Debería decir que este año me llenó de aprendizajes, quizá sí, pero aún no puedo decirlo, porque hay dolor, se irá, pero aún está. ¿Por qué?
¿De qué trata la esperanza del año nuevo? La esperanza de que todo será distinto, de que es un nuevo comienzo, de que todo irá bien. ¿Todo irá bien? 
Necesito que todo vaya bien.
Feliz año nuevo a todos. 


viernes, 30 de septiembre de 2016

La culpa la tiene ella.

Me había prometido no escribir nada sobre las familias naturales, sobre aquellos que creen que la buena consciencia se rige por tener un papá, una mamá y muchos, muchos hijitos; ir a la iglesia, hacer le catecismo, casarse, decirle a los hijos que se casen bien (sea lo que esto signifique). Había prometido no escribir sobre esto, porque me enojo, despotrico, insulto, rasguño, pateo. 
He leído ya bastantes argumentos para desmoronar la necedad de esos que se dejan llevar por lo que su párroco dice que debe ser la fe según su corta interpretación de unos libros ya bastante hechos a modo con el transcurso de los años. Sé que aquellos seguirán en su cuento de un milenio, mejor dicho, seguirán en el cuento de un milenio que les cuenta un otro que, a su vez, han estado escuchando el mismo cuento y lo han creído ciegamente, porque estos ya ni estudian, ya ni leen, ya sólo se quedan con su corta visión y viven cómodamente en la parroquia que les dan.
Lo sé, lo sé, me había prometido no escribir sobre esto de las familias naturales, de que esos quieren coartar los derechos humanos de los otros, de los otros en los que me incluyo, porque quizás, al hacerlo, al tratar de replicarle a esas piedras, sólo les estoy dando importancia necia. Sí, eso puede ser. 
Lo que me hizo escribir aquí fue el comentario de una señora que, al ver la noticia de una de las recientes desaparecidas, que ahora no lo está y que, lamentablemente, fue encontrada en una maleta, en uno de los Estados más violentos de este país piñata: El Estado de México (que es una prepotente existencia moral), hizo.
¿Qué dijo la señora al respecto de las muchachas desaparecidas, tras comentarle sobre la importancia de cuidar a los hijos? 
Que los hijos son los que se escapan, los que se van por allí sin avisar a los padres, los que tratan de engañarlos, y, además, esos hijos, de varones estoy hablando, son convencidos por sus compañeras, de mujeres jóvenes estoy hablando, a las que se les hace fácil todo y se los llevan a centros comerciales, a incumplir con sus responsabilidades y a mentir a sus padres. Ellas son las que se enganchan y luego se van y, a veces las secuestran, sí, pero porque ellas andan allí, metidas en otras cosas. ¡Haberlo dicho antes!
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Estimados padres de familia:
Nuestros hijos varones están sufriendo de la pérdida de la moral, debido a la influencia maléfica que en ellos ejercen sus hijas mujeres, ellas que hacen mal, muy mal en querer vivir y divertirse, en andar por allí con desconocidos, en, tras salir de la escuela, querer andar por allí vagando, comprando cosas, mirando gente, socializando.
Por esta razón, les pido de la manera más atenta que amarren a sus hijas, las castiguen, les impidan ejercer su individualidad y divertirse, porque ellas son las absolutas responsables de las malas conductas de sus hijos varones, los cuales, cegados por sus impulsos reproductivos, están imposibilitados para discernir entre hacer lo correcto o ir a divertirse con ellas.
Sin más por el momento, me despido de ustedes atentamente,

Frente Unido contra las Hembras que atentan contra las Buenas Consciencias de Nuestros Varones.

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Y luego se preguntarán por qué me altero ante esos grupos de piedras que dicen defender la familia natural, esos que culpan al otro, que sí, pueden ver hacia sí mismos, no lo niego, pero que, tras un pequeño examen de consciencia siempre, siempre, encontrarán a alguien externo para culpar y ese otro externo es el raro, el joto, la lesbiana, la vestida, la mujer, todo aquél que quiere ser sí mismo y actúa como tal. Y no, no mirarán el problema real y más grande que es el de la inseguridad y la corrupción auspiciada por el Estado y sus secuaces delincuentes.
Pinche país piñata en el que vivo yo.

viernes, 4 de marzo de 2016

A la gata Isis

Isis ventana

Gata Isis, gata Isis, tú que sabes todos mis secretos, tú que hueles todos mis aromas, tú que duermes sobre mí de forma líquida y poco te importa si quiero despertar o no. Gata Isis, hoy te dedico esta entrada, que no esta canción, porque no he cantado y porque a ti no te importa si canto o toco el piano, lo único que te importa es un lugar calientito para dormir. Por eso, cuando tienes ya sueño, vas por mí a la cocina y me exiges que me vaya a dormir, así como tu mamá, Baka, me exigía que me acostara en el sofá a ver televisión.
Gata Isis, me llenas de pelos no la ropa, pero sí todo el suelo; y luego parece alfombra, y tengo que barrer, pero jamás parece que he barrido. Pero no me importa, porque eres tú, la gata y yo, tu mamífero proveedor de calor y de croquetas caras. Eso tampoco eso me importa, porque eres la gata Isis, esa que nació en un cuaderno de mi madre, que se fue brevemente de esta casa, pero que regresó para quedarse conmigo.
¿Te acuerdas de esa mujer malvada que te odiaba porque la mirabas fijamente?
¿Te acuerdas de esa otra mujer no malvada que te mimaba cada vez que venía?
Y ahora que viene ese enorme y guapo hombre, bien que te pones a platicar con él.
Te quiero Isis, tal vez tú me quieras menos, qué se yo, pero estoy contigo y tú estás conmigo y eso es lo más bonito. Eso es el amor más puro.

Isis con Bucho

Isis con Bolillo

Isis conmigo y Gorritosito

Isis con Osito

Isis conmigo

martes, 15 de septiembre de 2015

Viva México (mientras tomo chocolate caliente de Guatemala).

No por mucho madrugar, amanece más temprano; sin embargo al que madruga dios le ayuda. Aunque, dios le ayuda al que madruga, pero no amanece antes, por mucho que uno se levante antes que el alba. ¿Qué será mejor? ¿La acción, la pasividad, la queja perpetua, las bombas molotov, el espionaje telefónico, el sabotaje, la inserción para hacer mayor daño desde adentro, la desobediencia civil o el acatamiento de las leyes? ¿Serán los vacíos legales los eternos salvadores de los que pueden pagar por ellos? ¿Alguna vez hubo verdadera justicia? Y si no la hubo, ¿a quién le importó esta falta de justicia?
Esta clase media que, por un lado lucha diariamente por ganar un pan, una tablet (siempre me negaré a decirle tableta, esa palabra es para las medicinas), llenar el tanque de la gasolina, ver series nuevas por su sistema de entretenimiento de pago vía internet (me negaré a mencionar el nombre de la compañía), también acusa las injusticias; es testigo mudo (sí, mudo, porque en general sólo utiliza sus dedos para pulsar las teclas y escribir sus puntos de vista), y exige la restitución de las miles y millones de faltas de las que muchas veces no tiene vela en el entierro, ¿por qué? ¿Por qué esta clase media se siente responsable de los males que han estado aquejando? ¿Qué ha hecho para contribuir a la maldad, al terror, a la desaparición, a los cuerpos desmembrados, a los encarcelamientos ilegales, a las mujeres acusadas de aborto? Esta clase media, ¿acaso está atrás de estos y muchos otros actos de injusticia? o ¿acaso esta clase media, solamente ve, se queja, escribe (como su servidora), pero no sale a las calles para reclamar? Bueno, ¿para qué? ¿eso sirve de algo?
Supongamos que esta clase media sale a las calles para reclamar una u otra injusticia, además de granaderos, además de personitas con caras tapadas, además de anexos y acarreados, ¿qué? ¿En serio ha cambiado algo? No digamos algo dentro de la legalidad, de este bonito sistema, no, sino dentro de algo con mayor importancia, ¿se ha logrado algún cambio en la opinión pública?
Los que no luchan por llenar el tanque de la gasolina, sino por agarrar un lugar más o menos cómodo en el camión para cenar la torta que compraron en el paradero, ¿han cambiado de opinión? ¿Han tomado ellos un bando, han defendido sus verdaderos intereses, le han dado la espalda a la corrupción, se han sentido responsables por los destinos de terceros y cuartos, aquéllos seres humanos cuyas vidas han sido perturbadas de maneras muy desagradables?
No lo creo. No creo que toda esta lucha por internet haya valido para algo y no lo hará si las personas de esta clase media no se conectan entre a sí, cara a cara, ni si no lo hacen con las otras clases medias, ni con las otras clases no tan medias, ni con las clases altas. ¡Pero todo cara a cara! Nada de salir a las calles y ya, ni de diálogos con una sola persona; nada de esperar a que no salga aprobado en las cámaras. Podría esta clase media salir de sus casas, reunirse, charlar, beber té o café, integrarse como grupo, plantear acciones y hacer; acercarse entre sí verdaderamente.
Ah, pero siempre llegará un Judas, como en todas las historias de la Humanidad, o vendrá el mal llamado corrupción, o, en el más silenciado de los casos, vendrá la represión Estatal, a la vieja usanza de esta nación de la que dice mi credencial, soy ciudadana.
Ya terminé mi chocolate.

Paseo de la Reforma



martes, 25 de diciembre de 2012

navidad y fugas


A punto estuvo de irse a la fuga, cuando descubrimos que había una enorme fuga de agua en una llave del patio, tan grande que parecía que el agua iba directo de la cisterna. Ni qué hacer; no se fue a la fuga y mis vacaciones aún no comienzan del todo.
Se necesita un plomero para que haya tranquilidad, para que haya juegos, sorpresas y regalos.
Pareciera que todo es mi culpa.
¿No se les hace que subir al techo de su casa es emocionante?
Pareciera que todo lo que hago está mal, que mis desplantes, mi carácter, mi personalidad, quien soy, todo, está mal; es una decepción constante, o algo inesperado, algo que no fue cultivado con los años, algo que no se veía venir.
Tras casi treinta años de constante convivencia, ¿cómo no saberlo, cómo no intuirlo? Pareciera que soy un saco de sorpresas problemáticas, me mi mal humor es combustión espontánea, que no hay razón para mis incomodidades.
La cuenta regresiva que poco importa; sólo quiero estar contenta ese día.
Ése día y todos, de su mano.
Por favor.

martes, 20 de noviembre de 2012

Los nervios que fueron

De aquéllos años, de aquél año, aún sin saber nada, y ser la misma que soy ahora. El día siguiente fue de expectación, recordar su mirada y yo sonrojada. Aún no sabía lo que me diría ante la no pregunta ante el laboratorio de biología. 
Si hubiera dicho lo que yo quería entonces, quizás ahora no sería la más feliz, quizás ahora la dicha no llenara de lágrimas mis ojos, ni la certeza de que estaremos juntos y tendremos mil... aventuras.
Muchos años después, puedo respirar tranquila, feliz, decir que es mío, presumirlo y besarlo muchas veces... o abrazarlo con mis piernas.




miércoles, 21 de marzo de 2012

La fe


La fe en las instituciones, la fe en las bromas de mal gusto, la fe en que la gente dejará de ser gente y se entregará al bien de los demás. La fe que no tiene destino y que conviene a todos. ¿Dónde está el respeto hacia los demás? ¿Dónde están los recuerdos cuerdos y firmes de aquello que tanto hizo daño? ¿Por qué repetir una y otra vez y volver a invitar al ser nocivo a las casas y los corazones? Cuánta fascinación por lo corrupto e ingrato, cuántas palabras de conmiseración ante los que no tienen un buen desayuno por las mañanas y cuánta hambre en quitarles algo valioso que puede ser suyo para siempre.
La fe se desgarra, espléndida, y deja entrever los negros orificios de esos que dicen poseer alma y ser buenos cristianos.
No encuentro palabras para expresar mi desazón ante toda la ambición de unos cuantos por borrar de la Historia la justa lucha y el logro sangriento de apartar de la vida de los de a pie a la institución más corrupta de esta humanidad (idiota).

domingo, 18 de marzo de 2012

Lo que ya no estará.


Lo que no vendrá, lo que me quitaron sin avisar, lo que perderé. Las huellas borradas por el viento que gusta de acariciar territorios fuertes. Esos sabores en mi boca que reconocen viejas trazas de polvo y que se encargan de enganchar fuertemente los recuerdos más transparentes.
Quizás no sea esto más que un recordatorio de que de el pasado no se puede vivir dos, ni tres veces, de que es una mentira eso de que "el recordar es volver a vivir".
Finalmente los pixeles no pueden ser olidos.
¿No fue traición todo eso? ¿No es traición cuando te quitan un lugar especial en tu memoria?

viernes, 24 de febrero de 2012

Mal(os) humores

Independencia, pureza y unión.
Malos humores que caen sobre mi cuerpo cuando lo pendiente me rebasa y el trasterío está allí, inoportuno, inesperado, incómodo. Malos humores cuando siempre se utilizan más de cuatro utensilios de cocina para un sólo platillo y nadie jamás los lava en el tiempo en que la cocción se realiza. Malos humores cuando a veces, sólo a veces, se tienen ganas de sentar ante el ordenador y realizar las tareas asignadas hace meses, pero los pisos, o la cocina, o el tiempo no perdona y no se puede permanecer en un solo sitio por más de una hora.
Malos humores estos, que, cuando las quejas son muchas y se desea escribir, el camión de la basura—el que pasa sólo una vez a la semana—toca sonora campana y recuerda que no espera ni perdona tardanza, so pena de llenarte de desperdicios hasta su próxima visita.

martes, 14 de febrero de 2012

Es 14 de Febrero


Es catorce de febrero, dicen. Hay que creer que sí; no vaya a ser que nos caiga una maldición y jamás nunca podamos vernos reflejados en los ojos del ser amado, o que nunca más podamos besar los ricos labios, sabrosos y carnosos, de la persona especial, o que ya jamás podamos oler el suave cabello ni tocar la dorada piel.
Dicen que San Valentín protege a los enamorados. Dicen que la fiesta es tapadera de una celebración pagana. Será que la primavera se acerca y que hay que escoger pronto a la pareja para la cópula y la reproducción.
Muchos gastan dinero en rosas, chocolates, hoteles, cenas, detalles románticos bien establecidos por la sociedad. Otros, como yo, prefieren las cosas caseras y al alcance de hojas, colores, lápices, papeles, o tal vez un viaje relámpago, o tal vez enviar cosas allende el continente Americano.
Yo qué sé, pero dicen que este día es de los enamorados y de los amistosos contentos. De menos hay que sonreír (y burlarnos un poco de los cursis despilfarradores).