Mostrando entradas con la etiqueta En VT. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta En VT. Mostrar todas las entradas

jueves, 23 de agosto de 2012

Das Leben

¿Qué es vivir? ¿Será coleccionar los acontecimientos, hacerse de souvenirs, llegar al final del día agotado y mal comido? ¿Será tragar lo que sea por hambre, meterse cualquier cosa a la boca por ansiedad, llenar la alacena de frituras y el congelador de tacos y productos empanizados? ¿Será hacer un santuario, encerrarse, privar al mundo de ti, inundar tu casa de mal gusto, ponerse nervioso en las multitudes académicas, decir que perteneces a una minoría y no hacer nada para la causa?
¿Acaso será vivir, eso de estar en un entorno y hacer lo que vieres? Si hay manzanas de temporada, comprarlas; si hay mercado de productores locales, ir; si hay queso regional, consumirlo con gusto. ¿Por qué ir al monstruomercado y atascar el carrito de frutas traídas de otras tierras, congelados y quesos importados? ¿Por qué no convivir con la tierra que tú elegiste? ¿Por qué fingir que eres decente cuando en realidad eres una psicópata?


Universidad de Vermont. Agosto, 2010.

Cosas que recordé simplemente.

viernes, 18 de marzo de 2011

La primavera que se acerca.

Créanlo o no...

Viene la primavera, las aves cantas, los patos han llegado, el sol está en el horizonte, la gente sale de sus casas. Filas enormes para un helado.
Salgo a caminar un poco por el Lago Champlain, para pensar y para refrescar las ideas.

Wind


Viento hace y oculta el sol. Las nubes viajan sin quejarse y los remolinos vuelan con las pocas hojas secas que lograron permanecer a pesar de la nieve. Afuera, la casa la casa de herramientas del vecino sufre con el azote de su puerta abierta. Azul el cielo, tanto tiempo sin verlo así.
Me han preguntado lo que extrañaré de estos lares: puede ser que hasta el congelamiento, o las pulgadas de nieve, o el inglés constante; puede ser que todo quede olvidado en cuanto sienta el calor, la otra calidez, la calidez familiar. ¿O no? ¿Será desilusión segura? No esperar nada, seguir en la nube en la que estoy, donde todo es irreal, donde nada de esto parece estar pasando. ¿Es lo que sucede siempre con los viajes, sean largos, sean cortos?
Éste, el que está por terminar, me ha dejado con la mente fuerte y con el cuerpo deseoso de calcio. Vamos por él.

martes, 15 de marzo de 2011

Himmel


Al cielo iré para llegar al otro lado otra vez, es hispanohablante, el moreno, el oloroso. Estaré allá, tan lejos de acá y más allá de toda frontera. ¿Después?
Mirar las nubes solamente, acordarse de mejores tiempo, tratar de no hablar de los tormentos. Explicaciones nulas y las de siempre. Ahora que voy de vuelta, mucho que decir, poco que hacer, ¿o era al revés? Tantísimo por hacer y poco que decir, porque lo he dicho ya, una y otra vez, lo he explicado, dibujado, narrado, en 1ra, 2da, 3ra persona del singular, del plural. (Lo último es una exageración).
Volver a las adicciones: El teléfono celular, más internet, comida, café.
La estancia sin teléfono celular ha sido placentera. Al principio fue difícil, después me acostumbré. El internet fue mi salvador; no me volví loca por él. Comida habrá, pues aquí la hay, pero necesita sabor. El café rico llegó tarde acá, lo que me recuerda que debo terminarme otro medio kg antes de partir.
Volver para saber nada de nuevo y tener gente cerca otra vez, poder oler, poder degustar, poder decirles con viva voz que...


viernes, 4 de marzo de 2011

Ni escrito


Presupuesto armar...flojera da.
Tristeza que se esconde en el caparazón de la mezquinidad. Las cosas fuera, las cosas dentro de inmediato, ¿qué pasa? ¿por qué tanto apuro? Lo que antes se hacía de inmediato, ahora ya ni se piensa en hacer, ni se pregunta, ni se tiene la intención.
Sólo duerme y sueña y en algún momento de su vida recordará que no lo hizo y tal vez sienta arrepentimiento, tal vez no. No podría decirse más.

Nuevas aventuras a tomar.

martes, 1 de marzo de 2011

Debí saber


Debí saber que algo estaba mal; sí que debí.
¿Por qué tenía tanto miedo de hacer cualquier ruido por las noches, cuando yo estaba acústicamente aislada? ¿Por qué no poder dejar mi jabón en el baño? ¿Por qué la rejita en la escalera y la frase "No es que no quiero que subas"?
También debieron saber del otro lado que algo andaba mal cuando les dijeron que hasta el champú comprarían.
O siempre lo supimos—o por lo menos yo lo supe—, pero jamás que llegaría a ese extremo.
¿Era miedo a estar constantemente vigilada?

sábado, 19 de febrero de 2011

Atorado


¿Quién dijo que soltar es fácil? ¿Quién dijo que dejar ir lo es? ¿Quién dijo que no mostrar miedo es pan comido? ¿Papa caliente? Pásalas.
Se entrega mucho, se entrega más, se entrega todo. Todo un año dado y aún se espera algo a cambio, ¿quién dijo que siempre se tiene que dar algo a cambio? Equivocaciones de todos los días que hacen suspirar de tan sólo recordar palabras, frases sueltas, comentarios sin importancia, o tal vez comentarios cargados de toda la importancia, ¿quién más que la persona que los dijo, puede saberlo? O es acaso todo cuestión de interpretación.
Ensoñaciones frecuentes, ardientes; no querer recordar nada de ellas, el miedo no anda en burro, dicen; diría yo que anda en camello, en alpaca o hasta en elefante; diría yo que pisa más firme que todos esos animales juntos, que todo un zoológico o un circo.
Dar todo por nada o dar todo y esperar algo, o dedicar un mínimo esfuerzo y esperar a que los milagros pasen. Si no desesperara el que espera.
O deja de sentir, o siéntelo todo, o conóceme por completo al fin, que yo jamás te he pedido nada, ni explicación, ni tiempo, ni vida; que los acuerdos bien han sido claros y sólo hay permiso de quererte.
Si tan sólo fuera así de fácil, ¿verdad?

jueves, 17 de febrero de 2011

La emoción.


La emoción, el llanto, el gusto. La vida misma que cae sobre mi, los años, lo que se merece y no, la música vieja que se vuelve en nueva antes los oídos jóvenes o los oídos que por muchos años estuvieron tapados ante las posibilidades auditivas. Ahora juega con los nuevos juguetes y se imagina en otros lugares; los conocidos, los impensables, los ruidosos y ruinosos y no le importa nada, ni la idea de fracaso, insatisfacción o angustia que pudiera llegar tan pronto se malograra algún proyecto (de nuevo).
Escribir con el corazón en la mano y decir ¡qué importa! pero luego volver a la autocensura y esperar, como me dijo mi sueño, para poder ser yo plena del todo, recuperar mi alma, mi amor y mi cuerpo y poner a trabajar la mente como solía hacerlo y mantener en forma lo que me importa del físico y saber—tal como ahora lo sé—que eso jamás acabará y que las oportunidades perdidas son las clausuradas por ti mismo, y que cada uno hará lo que quiere y no más, pero sí menos.
Si poco importara la vida, no tendría entonces sentido vivirla, sentir siquiera pena; si poco importara el destino, tampoco tendría entonces sentido seguir adelante, tomar decisiones y sorprenderse de lo que llega inesperadamente. Será que algunas personas tienen eso, será que otras no; será que al principio uno firma un contrato, ya sea de destino, ya sea de acciones.
Si todos vamos en el mismo barco, ¿el chiste es saber elegir el camarote adecuado? Y uno jamás sabrá si se ha hecho la decisión correcta hasta que llegue la brisa refrescante o la ola ahogadora.
Esta vez el miedo está apartado y, pase lo que pase, la misión a la que me he entregado no está más que en mi cabeza (y mis notas) y es sólo mía, mas yo no soy de ella y ella puede cambiar porque yo la estoy creando, ¿no es eso emocionante?

martes, 15 de febrero de 2011

El gusto.


¡Qué gusto me da que seas feliz al fin! Aunque siempre esté el temor de que todo cambie. ¿Quién lo puede asegurar? ¿Quién te puede dar el certificado de felicidad perpetua?
Los temores que no deberían existir; los terrores que deberían desaparecer.
Cuando lo inesperado de alcanza, te alza, te zangolotea, te da golpes y te vuelve a tirar en el más frío suelo y difícilmente puedes levantarte; cuando sientes que has salvado todos esos obstáculos, los más molestos; cuando oyes lo que sientes y un zumbido en el oído te avisa que no te encuentras del todo bien, que la presión arterial se te ha subido y no encuentras un lugar cómodo. Te levantas, giras tu cuello y miras las cosas mínimas y bellas que están,
que están.

¿Tú estás?
Los lugares en donde te imaginas, no existen más. Los lugares en donde se supone que deberías estar, no tienen cabida en ti. Los miedos de angustia terrible te arrebatan el sueño, mientras que al día siguiente te alzas en victoria y juras que todo ha acabado. ¿Lo está?
Una cosa hay, sí, segura: Que estamos vivos.


jueves, 10 de febrero de 2011

¿Dónde vivir, dónde estar?


Anuncio que esto será corta-pega en todos los lugares donde se me puede leer, dado que me estoy dando cuenta que el estilo empleado no es de este espacio, pero como ya empecé aquí, pues me "jo".
--------------------------------------------------------------------------------


No querer gastar tiempo y energía en cosas malas, en cosas terribles.
Un objetivo ha sido el practicar la generosidad lo más posible, porque, entre mi amable lector y yo, no soy muy generosa que digamos. Será mi mente de Einselkind, será que nací sola y sigo aquí. Yo no lo sé. (¿Ve el lector amabilísimo a qué me refiero? Yo empiezo una frase con 'yo'.
Alguna vez en clase de latín aprendí que escribir Ego era de mala educación o que sólo los que nomás allí sus chicharrones truenan, tenían permitido escribir.
Decía, un propósito tácito mío ha sido el de practicar la generosidad.
El año pasado, fue la paciencia y el hecho de vencer la neurosis: dejar pasar las insignificancias domésticas. Este año quizás sea esa cualidad que ya dije lineas arriba.
¿Por qué? Debe ser que he visto esa cualidad en varias personas para conmigo y sin pedir nada a cambio; o debe ser, como dice David: compassion (sorrow or the capacity to feel sorrow for another's suffering or misfortune compassion>).
Yo no sé si eso sea bueno o malo; lo que sí sé es que esa generosidad o esa compassion me ha salvado la vida, el pellejo, la salud mental, la integridad. Es por eso que ahora quisiera practicar eso de la generosidad, eso de hacer el bien sin mirar a quién, eso de lo desprendido. Miren que es harto difícil para mí, porque aferrada, necia, ególatra, soy.
Esta mente mía ha viajado ya bastante y sólo para decir que, en vez de estar pensando en mí o en la buena voluntad, debería estar actuando en cosas serias dentro de este país, y no me refiero a enarbolar la bandera mexicana y decirle al gabacho: "Gabacho, esto es México"; no, sino hacer algo por mí: lo mejor, mas aún sigo pensando qué podría ser lo mejor, porque, como alguna vez pregunté, entre jugando y entre en serio, a amigos de alguna estación de radio por internet: ¿dónde tendré más problemas, aquí o allá? y ellos, entre juego y juego, me dijeron sabiamente: "donde sea tendrás problemas", pues no me queda de otra que con esa respuesta, poco y muy esclarecedora, hacerme a la tarea de solamente pensar en cuál debe ser mi siguiente paso.

jueves, 3 de febrero de 2011

No tiene título.




Sé que escribiré aquí con toda la intención de imprimir electrónicamente la más intrincada idea, el más profundo sentimiento, mas sé que pronto he de dejar esta escritura por otras voces, las voces amigas, las que saludan, las que preguntan, las que desean.
Intentaré escribir las más profundas líneas, tanto como marcas de expresión de un rostro anciano, tanto como surcos de la tierra dispuesta a ser sembrada, tanto como grietas tras el terremoto.
Lucharé por encontrar las palabras correctas para expresar los sentimientos que se han alojado en mi pecho estas últimas semanas; las sorpresas inesperadas, las luces, los soles que sí salen y calientan un poco; o acaso las molestias extrañas, la desesperación, el proyecto que se queda varado por falta de claridad mental (o mejor dicho paz).
Tal vez sea el momento de no poder expresar con palabras–ni habladas ni escritas–todo lo maravilloso y horrendo por lo que he pasado en esta vida corta, en este territorio, en este Estado, en esta ciudad. O quizás sea el momento de ser otra, de ser la que nunca pensé ser y sonreír. (Ay guácala, qué asco me doy, dice la adolescente que presencia esta vida mía.)
Qué mejor que seguir con las neurosis, las penas, los bloqueos, las frustraciones.
Qué mejor que vencer las neurosis, las penas, los bloqueos, las frustraciones.

Se debate...






domingo, 30 de enero de 2011

Vencidas


¿He vencido mis neurosis? ¿Los detalles los he dejado pasar? Las puertas entreabiertas, entrecerradas, las cucharas, los vasos, los ruidos, las pláticas en otros lugares, los timbres telefónicos.
¿Seré capaz de tolerar ya tantas cosas?
¿Seré ya otra persona?
¿Cuándo sabré que he superado las neurosis máximas mías?
¿Y las frustraciones?
Falta decidir los tiempos exactos para lograr un objetivo más concreto.

domingo, 16 de enero de 2011

Dubitare


La propuesta hecha al aire me ha hecho pensar más de lo que ya había estado pensando. Trabajar con quién, cómo y para qué. Seguir lo que debo, sí, mas dónde y con quién.
No ganas de sudar frío, no ganas de soñar malas leches.
Si cortar por lo sano, me han recomendado todos, ¿por qué no hacerlo?

Respuesta:
Este país no me ha vomitado.


sábado, 15 de enero de 2011

Se detiene a pensar.


Lo que conviene, lo que no, lo que viene, lo que no, la verdad, lo que se siente, lo que se tiene que hacer, lo que se quiere hacer. La ventana nevada, la gata Josephine en la cama, la nueva roommate francesa, das Leben y yo sin Isis. ¿Dónde está?
La necesidad de quedarse contra la necesidad de irse. Los planes cuarteados, como casi siempre los míos son. Justo ahora puedo detenerme a pensar, ahora que los dolores se adormecen y que la concentración tengo amarrada en el papel; ¿a qué me quedo? ¿a qué me voy? Tanto puedo hacer las cosas aquí, como puedo hacerlas allá. De lo que estoy segura es de no confiar en esa persona malvada y mezquina, ¿que no quede en mí? ¿Y por eso tendré angustia extra? ¿Qué me puedo ahorrar con una u otra decisión?
Diría un amigo mío que estoy de vacaciones; ojalá ése fuera el caso; ojalá hubiera viajado ya por todos los Estados Unidos; ojalá hubiera visto ya algo más que nieve y una pequeña ciudad.
Sentir que le estoy haciendo un favor a alguien, pero no sé exactamente a quién.

Delimitar.


viernes, 31 de diciembre de 2010

31.12.2010 17:27

Mis galletas choco-café-cacahuate de año nuevo.

Mi 2010 no fue cualquier año. Empezó bien, al lado del amor y así continuó. Pasé momentos felices con mi Gato y jugamos mucho.
Hubo viajes, vacaciones y luego pocos viajes y terror.
Hubo amigos nuevos con quien platicar por las noches del messenger.
Hubo adicción al twitter y lindas relaciones allí también.
Hubo peleas calladas, internas, mentales y una reconciliación de palabras, las más veraces.
Hubo sexo, alcohol y mucha música.
Canté Mahler, volví a sentir el apoyo de quien canta junto a ti, me llené de amigos nuevamente, de esos amigos que te entienden y casi te leen la mente.
Pensé en el Olvido.
Pensé en la Desaparición.
Nada y todo se me hizo.
Mi 2010 fue del esperado viaje secreto y de tener un objetivo errante (ahora un tanto incierto).
Y por si fuera poco, en mi 2010 fue que finalmente me encontré y me dije:
"Evabé, ésta es quien eres, con chinos, chichis grandes, pantorrillas perfectas, constantes apetitos sexuales, magia en la cocina, adicción a la red y al pulque, gozosa, extrañamente tierna, con amor (aunque suene a cliché), amistades maravillosas, eternas, y familia (desperdigada, afortunadamente), familia que te dio la educación y los tips para sobrevivir."
El 2010 supe, después de casi 28 años de existencia, que no estoy sola en este mundo.

Gracias.
(Felicidades Shinji.)

17:43


31.12.2010 11:09


Podría empezar a rascar memorias del año, ver que tal vez no todo fue tan bueno, que no tuve aventuras, que no tomé tanto pulque, ni vi a tantos amigos, ni salí del paisito, ni probé nuevas comidas. Podría decir que estoy metida en casa o estoy en un desesperado café internet haciendo esta entrada; podría decir que me escapé de nuevo de las garras familiares y estoy en los brazos de mi amada.
Podría dejar de inventar.
Diré pues, que estoy sentada en mi silla-cuidadora-de-mí y que mi lap Ropota está posada en una mesa negra de patas retráctiles; que mis dedos de nueva cuenta han manchado el teclado, ahora de crema de cacahuate. Tomo un café no tan malo que decía en la etiqueta ser orgánico; como una rebanada del pansote que tanto me gusta; he tomado ya mi avenita, sí aquélla que madre me enseñó a preparar y que ella jura y perjura que gracias a ésta, no tiene gastritis, porque toma grandes cantidades de medicamentos.
Ante la ventana que da al garage y a la nieve, me he sentado a reflexionar (y a flexionar un tanto mi rodilla sobre la otra). He querido escribir tanto sobre este año que al principio parecía atole, pero ya a esta fecha he visto que ni como agua, ni como atole, sino como polvito mágico ha pasado por mí.
Podría hacer la enumeración de los hechos relevantes de mi vida en este periodo de tiempo, pero sería hacer mucha memoria.

Tal vez al rato.
11:27


31.12.2010


Las calzas bajo Robota. Las fotocopias sobre la nueva mesa. La lámpara apagada. Un bello y alto techo. Llegar aquí después de huir de la locura, después del mayor miedo, después de haber sentido frío del malo.
Aterrizar en estas tierras, aún sin frío, con calores veraniegos (sólo por una semana). Experimentar otro idioma e irse soltando poco a poco.
Ver que, después de todo, sí he aprendido a vivir.

¡Se siente tan bien!



lunes, 27 de diciembre de 2010

Pian pianito


Pian pianito que hay uno aquí, vertical y afinadito y que me puede mucho distraer, mas para distracciones tengo yo de sobra y eso que estoy sola en la casa más vieja que pude encontrar para alojarme, pero no temo, porque me gusta estar sola en casas grandes y empulgar a mis anchas los muebles y usar la cocina para mis satisfacciones.
Pian pianito que debo apurarme y seguir con el proyecto y dejar a un lado las malas experiencias y tener en cuenta que en este mundo, tanto existe gente enferma mental, como gente verdaderamente generosa y buena.
Pian pianito y los techos altos, los pisos de madera y la necesidad de una mesa con silla para sentarse, leer y escribir.
Pian pianito, que no estoy sola en este mundo.


martes, 21 de diciembre de 2010

El invierno


Viene el invierno con aires fríos, frescos, suaves y olores tenues.
Vien el invierno con hambre, sed y ganas de tener todo nuevo y ser otra y ser yo misma y reír y aceptar regalos y enviar unos tantos allende el territorio Americano.
Entre las noticias del sur lejano y las buenas nuevas y las ilusiones de lo también nuevo y que es bueno.
El invierno llegó y no estuve sola, pronto lo estaré, pero he de gozar estos días últimos de hablar español con alguien más.

jueves, 16 de diciembre de 2010

News


Raro estar aquí, raro sentirme cómoda, raro no sentirme sola, raro platicar con gente, raro perder mi rutina. Se fue, como si hubiera sido otra vida o como un sueño de esos que olvidas aunque no quieras.
Muchas preguntas y decisiones que tomar. Respuestas y puertas abiertas, caminos y no veredas; amigos y no terror.
Esa noche jamás la olvidaré, como tampoco me olvidaré de los que vinieron y me rescataron.
Enfrentarse con la locura real; aunque sería mejor decir que es irreal. Hacer relaciones inexistentes, tomar las suposiciones como las más puras verdades.
Dentro del universo de la cordura (o la más cordura que otras corduras, o la mediana cordura, la que no necesita medicación), lo irracional no es lo que parece.
Que de una discusión académica por instrucciones vagas y mente que necesita precisión, a aseverar que se insulta grandemente a una familia por el desagrado de ciertos autores en un curso, a estar completamente segura que habrá ataques físicos, al parecer, no hay más que una delgada linea, cuando se está enfermo mentalmente.