jueves, 31 de enero de 2013

Tiempo

No hay nada más que esperar, esperar, esperar y cansarme de esperar. Y ya. Tiempo que pasa, tiempo que fluye irremediablemente a través de mis carnes. ¡Cómo odio el agua porque no puedo controlarla!
Tiempo de lavar, de fregar, de reposar y de esperar a que empiece el tiempo. ¿Ya empezó?
No, el tiempo va, no empieza, no termina, no aún. No termina, no aún. No termina, no aún.
El tiempo que se come todo y el experimento soy yo, el experimento suyo. ¿Ya terminó?
No, el tiempo va, no termina, no empieza, sigue... Sigue, pasa a través de mí.


martes, 29 de enero de 2013

Con el mundo en las manos


Si hubiera tenido fuerzas suficientes para erradicar los factores que estorbaban con mis ambiciosos planes, tendría el mundo en las manos. Ahora todo se ha esfumado, la decadencia ronda mis miembros, mis órganos, desde hace años. Ahora veo el mundo con ojos cansados, bolsudos, con hoyuelos y colores desvanecidos.
Si tuviera la fuerza de mis pulmones o de mi pie derecho.
Y ahora el tiempo se está lavando las manos.


domingo, 20 de enero de 2013

Renuncias


Cuando todo deba cambiar radicalmente, habrá silencio, habrá otras lineas a seguir, habrá que dejar lo querido y nunca más voltear a ver. Lloraré cuando tome ese paso, esos pasos, esas lineas, ese nuevo mundo. Me desharé de mí, muy a pesar mío; yo nunca lo quise así. Dejaré la que todos conocieron, que hagan ficción de ella, si quieren, si tienen gana. Si tienen valor de seguirme, que lo hagan, sino, que  permanezcan en el autoengaño profundo.
Que me olviden.
Nada cambia, nadie cambia, nadie cambiará. Esta demanda inútil desgasta, asfixia. Los voy a dejar solos, dejaré de seguir sus pasos, de esperar lo imposible, lo insalvable, y seguiré el mismo camino que andaba, sin esperar más.
Ya tengo lo que no esperaba, lo que más deseaba. 
Si con la idea de mi felicidad se dan abasto, gracias.

martes, 1 de enero de 2013

Día uno


Sorpresas raras, todas raras, con ganas de raspar las gargantas para quitarles las eternas carrasperas. Cuán exasperante puede ser ver el dolor ajeno y dolerse tanto, al grado de llorar tres lágrimas seguidas cada que se tiene memoria de él. ¿Quién diría que así se comportaría? ¿Por qué destruir una relación en pos de algo que aún no es humano? No se supone que así entraría este año, no se supone que los que nada deben, sufran por la decisión egoísta, estúpida.
Y de familias no sé nada, de familias que se parten, algo sé, algo me imagino. Las cenas imaginadas, ¿cuántas cenas de navidades he tenido? Dos.
Mejor pensar que todo estará bien, que todo irá bien...a pesar del miedo, a pesar de lo que digan, a pesar de lo que he dejado atrás, que aún quiere llamar mi atención. Toda esa paz y calma brindada, a la que agradezco. 
Empezar el año pidiendo perdón, queriendo, preocupándome por los demás, por los que quiero. Empezar el año amando, sonriendo con las bellas palabras, acariciando las ideas y reconociendo lo bueno que hay a mi alrededor. Empezar el año y esperar lo inesperado, creer.
El día uno de distintos sabores, amargores, dulzuras, inquieturas y expresiones, el día uno del año que no se supone que pasaría, y sin embargo...